Juventud, salud y belleza. Esos son los tres valores que transmite nuestra piel, de ahí que sea necesario cuidarla convenientemente para que gocemos de un aspecto sencillamente espectacular.
Por eso, es imprescindible que cada estación del año, en base a las condiciones climatológicas que tienen lugar, sometamos nuestra piel a unos cuidados específicos que consigan que, por ejemplo, nuestro rostro sea sinónimo de juventud y brillo.
En el caso del invierno es importante que recurramos a los profesionales para que nos ofrezcan los tratamientos más apropiados. No obstante, además de ello, es interesante que sepamos que existen una serie de cuidados que son obligatorios en los meses de más frío:
- Protegerse del viento y las bajas temperaturas. Eso supone que, para evitar que nuestra piel se seque, haya que taparse convenientemente el cuello con bufandas, las manos con guantes…
- Siempre hay que prestarle atención a la hidratación del órgano que nos ocupa con las mejores cremas en base a nuestro tipo de piel.
- Ponerle fin a las rojeces. El frío es el principal causante de que, especialmente en cara y manos, aparezcan zonas rojas. En este caso, la medida que se debe tomar para acabar con ellas es utilizar productos tales como la avena o la glicerina.
- No digas adiós al protector solar. Es cierto que en invierno no nos pasamos horas al sol pero eso no significa que tengamos que dejar de lado la correspondiente protección pues los que se dan en llamar radicales libres siguen actuando y pueden causarnos daños.
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